StyleVera: DIANA VREELAND

Diana Vreeland fue una conocida editora de moda. Admirada por todos debido a su gran talento, trabajó para Vogue y Harper´s Bazaar. Una mujer con una gran originalidad y talento que nació en París en 1930 y murió en Nueva York en 1989, desde pequeña tuvo un fuerte complejo a raíz de su madre por su peculiar rostro. Pero para ella eso no fue un impedimento en su carrera como para no ponerlo en pie, darle forma y disfrutar de los éxitos que había cometido.

Diana Vreeland publicó dos libros : Allure - donde compartía todas sus inspiraciones y D.V. la autobiografía. Hace poco han publicado un documental titulado ´´The eyes has to travel´´ ( que para mi gusto ha sido uno de los mejores documentales que he visto a día de hoy respecto al mundo de la moda).

Veinticinco años en el cargo le dió margen suficiente a Diana para poner el oficio de editora de moda. Hasta entonces solo era una señorita de sociedad. Ella inventó desde cero una nueva profesión gracias a su gran creatividad dotado para descubrir el talento.

Fué editora Jefa de Vogue de 1962 a 1971. Una mujer única que influyó en la vida de muchas personas. Suyos son grandes exitos en materia de moda, como respaldar para su posterior reconocimiento a potentes nombre del sector: desde Manolo Blanik al clan Missoni, desde la icónica modelo Twiggy al fotógrafo Richard Avedon. Una mujer que aun sin querer trabajar a favor del feminismo y ayudo a cambiar el papel de la mujer. Convirtió las revistas de moda en un espectáculo en lugar de una guía de consejos.

Con 30 años y dos hijos, volvió a Nueva York. Su familia no era rica, pero habían mantenido un ritmo de vida vertiginoso en Londres, donde se beneficiaban de un dólar fuerte y de los descuentos que Chanel hacía a Diana. Una noche, su traje blanco de encaje llamó la atención de Carmel Snow, directora de Harper’s Bazaar. Al día siguiente le ofreció trabajo.

A diana en su trabajo, la temían por se tan estricta con sus empleadas, siempre una de sus empleadas lloraba diariamente debido a la exigencia de ella y al estrés que sometía trabajar bajo sus obligaciones. Ella decía que todo el que trabaja con ella debía sufrir igual a como había sufrido ella para llegar hasta donde llegó.